jueves, 9 de octubre de 2014

SOLIDARIDAD CON AYOTZINAPA

Tegucigalpa, 8 de Octubre de 2014
Señor
Victor Hugo Morales Melendez
Embajador de México en Honduras
Presente.
Las personas presentes en este acto lleno de simbolismo, nos autoconvocamos para realizar este plantón y entregarle esta misiva en las instalaciones de la Representación Diplomática de México en Honduras, para manifestar nuestra solidaridad con el pueblo mexicano enlutado por el asesinato y desaparición de más de 50 estudiantes normalistas de Ayotzinapa en el Estado de Guerrero el pasado 26 de Septiembre, quienes ahora han sido encontrados torturados, calcinados y enterrados en fosas comunes, y nos hacemos presentes para exigir, desde el pueblo que somos, que estos hechos violentos que son parte de acciones desde los entes de los Estados que buscan criminalizar las luchas y deslegitimar el derecho a la protesta, para que no ocurran más, ni en su país, ni en el nuestro.
Se trata de un genocidio, no puede calificarse de otra forma, y se trata de políticas de estado de exterminio a quienes se atreven a alzar sus voces, y se trata de gente joven, de personas que apenas comenzaban sus vidas y sus anhelos, se trata de madres y padres enlutados, de pueblos castigados doble y triplemente, entre el abandono, el acecho y la muerte como medida para acallarles.
Las Defensoras y Defensores de Derechos Humanos, en un acto que, por tanto abuso, trasciende su sentido político, pareciera que nos toca apelar al acto mismo de lo humanitario, no desde la piedad, sino desde la fuerza que nos otorga el derecho para exigir NI UNA MUERTE MAS y que se haga JUSTICIA a los responsables de la autoría de estas violaciones, porque es precisamente la impunidad en la que campea la muerte, la que ha trastocado los imaginarios, donde el crimen organizado, las fuerzas policiales y militares y las autoridades impartidoras de justicia, como las autoridades estatales, entran en límites de tanta fragilidad que les hace culpables por igual, por acción u omisión.
Protestamos este día porque sabemos que como políticas de Estado a los que responden estos actos, quedan sentadas como precedentes para practicarse luego en otros países como el nuestro, donde se coluden los intereses de quienes secuestran nuestros territorios para imponer sus culturas de muerte, despojo, privatización de nuestros territorios, bienes comunes y derechos.
Venimos a decir cada palabra desde la vida, desde la fuerza y el derecho porque la forma violenta en la que nos arrancan a quienes queremos la seguiremos adversando desde los preceptos contraculturales del amor que nos mueve para reivindicar sus memorias de luchadores por una vida nueva.
Por cada joven, por cada muchacha y muchacho truncado en su camino, nacerán miles y miles de voces, de cuerpos, que como hoy venimos a denunciarles y a exigirles, JUSTICIA.
“VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS”