Por Bertha Zúniga*
Un escándalo de corrupción en el Seguro Social despertó la
indignación de la población hondureña y generó un inédito proceso de
movilización. Las “marchas de las antorchas”, autoconvocadas y
protagonizadas por jóvenes, pusieron contra las cuerdas al presidente
conservador Juan Orlando Hernández.
La conciencia de los hondureños y las hondureñas ha sido sacudida por
un enorme acto de corrupción en el Instituto Hondureño del Seguro
Social (IHSS). Este robo de siete mil millones de lempiras (unos 335
millones de dolares), el más grande en la historia del país, dejó como
consecuencia la muerte de unas tres mil personas que no recibieron la
atención debida a raíz del saqueo de esta institución.
El escándalo roza lo dramático: personas que buscaban atención médica
y recibieron óvulos de harina, medicamentos vencidos, supositorios de
tiza y hospitales públicos en una situación de desatención alarmante.
Parte del dinero robado sirvió para financiar la campaña del Partido
Nacional -que gobierna el país desde las cuestionadas elecciones en 2009
luego del golpe de Estado- y la otra parte para satisfacer los lujos de
la burocracia hondureña. El caso evidenció la podredumbre
institucionalizada que se mezcla con el cinismo, al punto que
personalidades vinculadas a la oligarquía reconocen públicamente su
conocimiento del saqueo al IHSS y que callaron para no afectar la
campaña del Partido Nacional.
Este nuevo robo, que sacó a luz pública a comienzos de mayo el
periodista David Romero Ellner de la emisora y televisora Globo, se
convirtió en la gota que derramó el vaso, generando una movilización
popular de enorme magnitud.
Se enciende la mecha
Las manifestaciones, que tomaron forma de “marchas de las antorchas”,
comenzaron el 29 de mayo como expresión de la indignación de la
población. Son movilizaciones pacíficas y autoconvocadas, es decir, no
están lideradas por ningún partido ni organización. Se va construyendo
así un movimiento que no depende de liderazgos caudales, con pluralidad y
un claro protagonismo de la juventud, y que se ha extendido por todo el
territorio nacional con una considerable masividad. Movilizaciones que
han levantado la esperanza de un pueblo que parecía estar dominado por
indiferencia.
Con el estallido del escándalo por la corrupción y la respuesta
popular, la crisis gubernamental se profundiza concretándose la
fracturación del bloque de poder. El presidente Juan Orlando Hernández,
quien venía intentando lanzarse a la aventura reeleccionista, cosecha
una popularidad en caída libre. En la medida en que se encienden más
antorchas, se dan a conocer más actos de corrupción, provocando la
detención de algunos dirigentes como el magnate todopoderoso Shukri
Kafie Larach.
Pero aun así no se logra calmar la indignación del pueblo. Si bien es
clara la participación de este magnate en la estafa al IHSS, la defensa
manifiesta que el contrato de las compras de equipos médicos fue
aprobado por el Congreso que presidió el ahora presidente hondureño.
La crisis institucional ha llegado a tocar fondo y asaltan a la
población interrogantes para dar solución a la crisis: ¿Cómo se puede
salvar una institucionalidad tan corrompida? ¿Quiénes podrían salvarla
si la partidocracia, con raras excepciones, ha quedado embadurnada?
¿Cómo salvarla si representaciones gremiales están involucradas ya que
la junta directiva del IHSS estaba integrada por representantes de las
centrales obreras, de la empresa privada y otros? O, tal vez, ¿eran
directivos sin función que no se dieron cuenta del festín de la mafia?
El movimiento ciudadano de las antorchas deberá tener la vitalidad
para sostener el reclamo hasta que se haga una depuración significativa.
Entre las alternativas planteadas desde los movimientos sociales se
destaca la integración de un gobierno provisional y la instalación de
una Asamblea Nacional Constituyente plenipotenciaria que tenga la fuerza
de castigar a los corruptos y generar un pacto político y social que
termine con la corrupción de tajo y configure una institucionalidad
distinta en la que el soberano ejerza la auditoría de manera permanente.
Mientras tanto, seguirán encendidas las antorchas contra la corrupción que iluminan los cielos hondureños.
Tomado del portal: http://www.marcha.org.ar/honduras-se-encienden-las-antorchas-contra-la-corrupcion-2/
* Miembra de la Red Nacional de Defensoras de DDHH y COPINH