Ejercicio
de control territorial del pueblo Tolupán.
Karla
Lara/ cantora feminista
Miembra
de la Red Nacional de Defensoras de DDHH en Honduras
Son
montañas enormes, a pesar del tiempo de verano, el verde sigue
siendo tan imponente como su exuberancia, sobresalen pintas café o
rojizas en medio del verdor, te atrapa la inmensidad del paisaje, en
mi cabeza comienzan a atropellarse frases entre los pasos que se van
cansando antes que el resto de la gente Tolupana que está
acostumbrada a caminar a paso firme las veredas, suben y bajan con
agilidad, los niños avanzan y vuelven con impaciencia porque la
gente adulta no les alcanza, se ríen, van deslizando con sus
zapatitos las hojas secas de pino, juegan a agarrar envión y con un
equilibrio que asombra, siguen el camino sin siquiera asomar
cansancio.
¡Qué envidia! yo medio me sostengo si el paso es alto y busco la
primera rama que se asome y conjuro para adentro dejar de postergar
la decisión que me saque de esta vida sedentaria frente a la
computadora y los malos hábitos, y me río un poco de mi misma
buscando encontrar que me esperen de buena gana.
Pero eso no hace
falta, el pueblo Tolupán es agradecido en esencia, valoran la
diferencia que significa para una el esfuerzo físico de llegar a ese
cucurucho de la montaña donde se reconocerá uno de los linderos, en
ese ejercicio de control territorial en el que se marcaría el
primero de los cuatro puntos cardinales del título ancestral que les
nombra como los legítimos dueños de toda ese territorio que
defienden, caminan y reconocen como suyo.
Los de
mayor edad, sabios conocedores guían el camino, ellos van adelante,
el grupo es mayoritariamente de hombres, pero Consuelo Soto, una de
las liderezas del MADJ de esa zona va con su dolor a cuestas,
seguramente pensando que Luis, su esposo, de no haber sido asesinado
la semana anterior, caminaría con ella, con su gente, con su nieto
Noé y su hija Maritza que también va allí, haciéndome cuentos de
la combinación entre cariñoso y estricto que marcó los 48 escasos
años de vida de su padre.
Maura,
la cantora Pech que desde Subirana vino para ser parte se sumó junto
a otros dos compas Lencas del COPINH de la comunidad de El Naranjo,
con paso tan firme y ágil como el de sus hermanos, a ver otras
formas de hacer la colectividad a la que se han sumado, para entender
las prácticas de unos y otros pueblos y reiterar por si mismos que
es toda esa riqueza que poseen la que ahora mas que nunca tiene
puestos los ojos del capital sobre ell@s, porque el derroche de sus
luces y sus vidas automatizadas las piensan seguir costeando con
nuestro despojo.
Como
una forma más de resistencia, la más hermosa diría yo, Maura Pech
cantó en su propio idioma, pajtajcuknaya y muchas jotas y kas en una
sonoridad envidiable, limpia su voz y atinada su nota, claro su
discurso político y bondadoso su Dios que te invita a cuidar su
Reino porque nos lo dejó para eso, y te invita a defenderlo para no
caer en el pecado de la indiferencia y con su guitarra terciada va
guerreando con el arma potente de su lengua materna, de su dulce voz
y su estima de mujer elevada, que honor el mío haberle conocido a
Maura, cantora consejera lidereza luchadora madre luna rezo, toda
junto y sin comas, todo eso y mucho más fue para mi escuchar y ver a
Maura.
Toda
la convivencia, las palabras escuchadas, las miradas de
agradecimiento, las sonrisas entre esa gente buena, la cama extendida
y limpia, el cafecito endulzado, la generosidad para compartir, para
pausar su paso porque desde las ciudades no solo vamos distinto, sino
que vamos leeento!
Gracias
al Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia por invitarnos a
ser parte de esta acción política de ejercicio de control
territorial, a Andreita, Arnold, Justo, Leonardo, a todo ese equipo
de trabajo que se anotó en este viaje desde el lugar donde no se
acompaña, sino que se es parte. Gracias también a Roverto por tus
fotos, tu humor y gracias infinitas a Ramón Matute por decirme con
cariño, cuando yo le propuse negociar la caminada, por una canción?,
un poema?, una huelga de hambre? Y me respondió sonriendo, hermana,
nosotr@s tenemos mas de
quinientos años de estar en huelga de hambre... Entonces sentí pena
y orgullo en un sentimiento encontrado, y le doy gracias entonces por
seguir luchando, generando propuesta, convirtiéndose en los Abogados
empíricos que son, haciendo la escuela de la vida de lucha de las
que nos dejan ser parte, a don Sergio por su dulzura, a tanta gente a
la que no le conozco su nombre y con tanto amor me dicen el mio desde
una cercanía que me abraza de la forma en la que para mi, como a a
Maura, nos hace cantoras testimoniales de la autonomía territorial
que va asomando.
Karla Lara