jueves, 16 de abril de 2015

CARTA ABIERTA AL MINISTRO DE EDUCACIÓN Y DEMÁS AUTORIDAES DEL ESTADO Y GOBIERNO DE HONDURAS.

El Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia y la Convergencia Nor Occidenta por los Derechos Humanos desaprobamos y condenamos enérgicamente el tratamiento criminal, perverso y maliciosamente intencionado con que el Estado de Honduras castiga y estigmatiza la actual lucha de estudiantes de secundaria, a la vez que nos pronunciamos en contra de la progresiva y malintencionada precarización de que están siendo objeto las instituciones educativas del sector público con la intención de privatizarlas y convertir la educación en una mera mercancía a la que los pobres no tendrán ni siquiera el acceso marginal de que disponen hoy día.

Condenamos la forma en que usted, ministro Marlon Escoto, denuncia que alrededor de 30 mil mareros asisten a los colegios de secundaria. Con esta declaración pretende criminalizar las luchas estudiantiles equiparándolas con meras acciones delictivas guiadas o influenciadas por mareros, situación tal que en Honduras equivale a agenciarse de antemano de “licencia para expulsar, apresar y matar estudiantes” bajo el pretexto de que se trata de viles pandilleros antisociales. 

En todo caso, siendo cierta la investigación de que hay decenas de miles de mareros infiltrados en los colegios de secundaria, la actitud más responsable y coherente de un ministro de educación hubiese sido diseñar y poner en práctica inmediatamente un plan de protección de la comunidad estudiantil en general, un plan de rehabilitación de los mareros que han buscado el apoyo de los centros de enseñanza y no esperar a que sucediera una crisis como la que vivimos en este momento para luego acusar a los estudiantes de ser violentos y estar atizados por mareros delincuentes. Concluimos, entonces, que estamos ante un ministro perverso, que falta a la verdad y la tuerce cuando hacerlo le reporta beneficios que dan por resultado la muerte de jóvenes estudiantes, que tras ser asesinados se les acusa de ser mareros o mareras.

Independientemente de que pueda haber o no mareros infiltrados en los colegios de secundaria y de que algunos políticos de oposición expresen públicamente su solidaridad con los estudiantes reprimidos, expulsados, apresados y asesinados, el Estado de Honduras a través del ministerio de educación debe dar respuesta seria y objetiva, justa y verdadera, cabal y oportuna a las peticiones de los y las estudiantes de secundaria a quienes asiste el derecho humano a demandar educación de calidad humana y científica de conformidad con las posibilidades reales de la familia y sociedad hondureñas. 

Llamamos a los padres y madres de familia, a las organizaciones magisteriales y en general a todas las organizaciones del movimiento social hondureño a hacer causa común con la bandera de lucha de los y las estudiantes de secundaria. 

Exigimos al ministro de educación el inmediato diálogo entre los jóvenes inquietos y molestos que desbordan sus energías en esta lucha tan desigual en la que no cuentan a su favor más que sus gritos y sus manos frente a un Estado sordo a los clamores del pueblo y armado con pertrechos militares de último nivel para silenciar a cualquiera que alce su voz. Cuando los campesinos y campesinas del Aguán alzaron su voz el Estado militarizó el valle y el resultado fue más de 120 campesinos asesinados; cuando las comunidades rurales, indígenas y afrodescendientes alzaron sus voces contra el despojo de sus bienes naturales el Estado militarizó ríos y bosques y montañas, y el resultado: más de 100 líderes comunitarios asesinados; cuando los y las estudiantes de secundaria alzan su voz el Estado militariza los centros educativos y el resultado conduce por lo pronto a 3 estudiantes asesinados.

La construcción de una nueva Honduras con cimientos de dignidad y justicia pasa por la dignificación de los y las jóvenes de nuestra patria que atendiendo el llamado de Morazán se atreven a reclamar justicia para la comunidad estudiantil nacional de secundaria.

San pedro Sula. 16 de abril de 2015.