jueves, 31 de julio de 2014

COMUNICADO





IM-Defensoras denuncia asesinato vs defensora en Guatemala

-La IM-Defensoras externa su consternación y denuncia ante el asesinato, a manos de un guardia
de seguridad privada, de la activista guatemalteca, feminista y defensora de los derechos
humanos de las mujeres, Patricia Samayoa.

-Expresamos nuestro más sincero apoyo, solidaridad y sororidad a su hija Andrea, familia y
amistades, así como a sus compañeras de activismo.

Viernes, 25 de julio de 2014 - La Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos
Humanos (IM-Defensoras), a través de la cual se articulan más de 300 defensoras en México, Honduras,
Guatemala, El Salvador y Nicaragua, ha recibido con dolor, consternación e indignación la noticia del
asesinato, acaecido en Ciudad de Guatemala en la noche del pasado 3 de julio, de la activista feminista y
defensora de los derechos humanos de las mujeres Patricia Eluvia Samayoa Méndez.

Según la información recibida por parte de defensoras de derechos humanos en Guatemala y por la
difundida en medios locales, Patricia Samayoa murió al recibir un disparo por parte del guardia de
seguridad de la farmacia en la que había entrado para adquirir medicamentos, quien “la disparó porque
creyó que era una asaltante”.

Por desgracia este no es un hecho aislado, pues se produce en un contexto de violencia generalizada en el
país, con una tasa de homicidios entre las más altas en Latinoamérica – 34.03 por cada 100 mil habitantes,
según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) – y ante la cual, la
respuesta del gobierno en materia de seguridad, a todas luces fallida, ha sido, por una parte, la progresiva
militarización del territorio y, por otra, la tendencia a delegar funciones de seguridad en empresas privadas
hasta el extremo de que, según datos de nuestro “Diagnóstico 2012: violencia contra defensoras de
derechos humanos en Mesoamérica”, el número de efectivos de seguridad privada ha llegado a triplicar al
de policías estatales. Además, la mayoría de estas empresas de seguridad no están oficialmente
legalizadas; sus efectivos trabajan al margen del control del Estado, desarrollando frecuentemente
funciones policiales y, en muchos casos, cometiendo abusos; como se desprende del hecho de que agentes
de seguridad privada ocuparon el 5º lugar en la lista de perpetradores de agresiones contra defensoras de
derechos humanos en 2012, siendo responsables de 25 de los 230 ataques registrados en Guatemala.

La larga y fecunda trayectoria de Patricia Samayoa como activista comenzó en la Facultad de Historia en la
Universidad de San Carlos de Guatemala, y desde entonces se involucró en luchas populares e incluso
llegó a colaborar con ONU-Mujeres. Samayoa trabajó por más de 15 años como funcionaria de la Oficina
Municipal de la Mujer, donde fue coordinadora del área de Ciudad y Género, lugar desde el que llevó a
cabo proyectos para el progreso de las guatemaltecas. Además de haber impulsado la creación de una
Oficina de la Mujer, también se le reconoce la promoción del proyecto “Ciudades Seguras para las
Mujeres”, entre otras iniciativas para el desarrollo femenino. Su ausencia, sin duda, deja un enorme vacío y
supone una pérdida irreemplazable para el movimiento por los derechos de las mujeres en Guatemala:

“Con ella aprendimos cuáles son los derechos de las mujeres. Y que no teníamos por qué quedarnos calladas ante el
maltrato. Por ella hemos podido levantar la voz ante el maltrato hacia las mujeres. Una mujer muy cariñosa, muy
excelente, ante todo muy profesional. Soy ama de casa, Pati es una gran persona, nos llamaba para que
aprendiéramos y ayudáramos a otras que estaban pasando situaciones muy críticas. Una persona que le hacía un bien
al país"

Palabras de mujeres organizadas de los barrios de la Ciudad de Guatemala
 en torno a Patricia Samayoa, maestra de la vida.


Por todo ello, no dudamos en responsabilizar al Gobierno de Guatemala de lo sucedido y lo invitamos a
que reconsidere tanto su política de seguridad basada en la militarización y la iniciativa privada, como las
políticas estructurales de carácter neoliberal que, junto a la herencia no resuelta del conflicto armado
interno, se hallan en la base de la intolerable situación de violencia que vive el país. Asimismo, exhortamos
a las autoridades a que no dejen este crimen en la impunidad, procediendo a ejecutar los procedimientos
legales pertinentes.

Finalmente, queremos expresar nuestra profunda admiración y reconocimiento a la persona, trayectoria y
labor de la compañera Patricia Samayoa, al tiempo que transmitimos nuestro más sincero apoyo,
solidaridad y sororidad a su hija Andrea, familia, amistades, compañeras feministas y a todas cuantas
personas hoy viven con dolor su pérdida.

¡Si tocan a una, nos tocan a todas!
¡Ni una más!