viernes, 16 de mayo de 2014

PARA EL MOVIMIENTO AMPLIO POR LA DIGNIDAD Y LA JUSTICIA

El 14 de Mayo de hace 6 años volvimos a nuestras casas, los que más se habían ausentado tenían 38 días, Lorena y yo 20 días, Daysi 19, Waldina quizás 22 o 25, Victor y Jari los 38 enteritos, unos más, otras menos, pero ese día ya nadie durmió en los bajos del Congreso Nacional y ese día que suspendimos la huelga de hambre “De Fiscales” como se denominó, nació el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia.
 
Hoy que el calendario vuelve a marcar un día 14 del quinto mes, las compas y los compas que han sostenido y hecho crecer a ese Movimiento Amplio, lo celebran, salen a la calle que es el lugar de la protesta como es el lugar donde se comparten los sueños, los entrañables cariños de quienes nos vamos conociendo y fortaleciendo lazos, precisamente desde los sueños traducidos en luchas.
 
Han pasado seis años y el país que nos duele nos vuelve a convocar, seis años atrás me dolía la ausencia del cotidiano y la añoranza de la casa, de los hábitos, del calor del hogar y el día 14 volvimos a reafirmar el cariño que se le toma al colchón de la casita, a las tertulias entre hermanas, la mamá que, en este caso, hasta te miraba como su “heroína” de las luchas que ellas mismas no concretaron; pero ahora que casi se termina el día 14 y yo quiero terminar estas palabras, me duele el cuerpo fuera de forma, las pantorrillas tienen una especie de amenaza de calambre, un dedo comienza a quererse chimar, y estoy sentada queriendo encontrar las palabras que definan que vuelvo a sorprender de mi misma y de quienes siguen siendo mis compañeras y compañeros de sueños, porque volvemos a hacer locuras, volvemos a creer que encontrarnos sanará al país que nos duele, y así como hace seis años decidimos voluntariamente renunciar a lo que en la mayoría del pueblo es un derecho negado, alimentarnos, ahora caminamos kilómetros y kilómetros sobre una carretera que entre pavimento y ruidos de camiones y carros que alborozados nos pitan, dejando en evidencia un acto que no alcanza al heroísmo, pero que si se reviste de un simbolismo que solo las soñadoras y los soñadores abrazaremos siempre.
 
Y a mi que me duele el cuerpo a esta hora y mañana vuelvo a salir a caminar el segundo tramo, me repito, solo para agarrar fuerzas, un día una mujer negra se subió al bus a la parte donde solo los blancos podían y además se sentó serena frente a su desafío, en otra parte del mundo un hombre pacifista también ofrendó su abstinencia de comer como un voto a la paz y la unidad de su pueblo, un día una mujer se puso pantalones y la vieron mal y le dijeron cosas, y entonces me sonrío y recuerdo a María Santos, indígena lenca decirme que el río Gualcarque no sería represado mientras ellas y ellos lucharan, y puedo volver a ver el rostro de un hermano tolupán decirme, carro con madera que salga, carro que detendremos, aunque eso nos cueste la vida, y pienso en San Francisco de Opalaca y su persistencia porque no usurpen su Alcaldía y además respeten su Consejo de Ancianos, y me doy cuenta que nosotras tenemos nuestros propios desafíos y nuestras grandes glorias y que hemos sido parte, desde el ayuno, desde la persistencia de un paso a paso de la construcción de otro poder, otro que es posible cuando los Movimientos Amplios se hacen crecer y llegan a cumplir seis años, unos más, otros menos, y forman parte de Plataformas que van entendiendo que ellas aportan, pero que otras fuerzas, desde otras perspectivas, también lo hacen y podemos caminar sin descalificarnos, sin volver a hacer el recuento a lo no apostado, sino con la certeza que si hay y habrán momentos para ayunar, caminar, hacer huelgas, gritar, deconstruir tanto como construir para esta Matria despatriarcalizada y descolonizada que no solo merecerá sino que exige y exigirá de estas y muchas otras renuncias.
 
Quiero abrazar con estas letras a Victor Ferández, a Berta Càceres, a Miriam Miranda, al Padre Melo, a Lorena Zelaya, Daysi Flores, Waldina Mejía, al Profesor Adalid, a Tirza Flores, Gilda Rivera, a Jari Dixon, a Carlitos (Café Guancasco en esos tiempos) , a mucha gente que pecaría de no nombrarles pero que allí estuvieron y entonces pienso en todo el ruido y animosidad que provocó y nos hizo tomar decisiones con su convición Sandra Marybel Sánchez, recuerdo a Marianita, a las brujas feministas con sus conjuros a la temerosa presencia de las iglesias evangélicas, a la gente que nos visitaba, al 1 de mayo más hermoso que yo haya presenciado con hambre, cuando la tribuna fue la presencia de huelguistas en los bajos del Congreso, a Claudia Hermandofer, a Guido Eguigure, a Luis Alonso, a tanta pero tanta gente que nos abrazó con su presencia, sus tés naturales, sus mieles, sus sueros, sus miradas, a los músicos que nos cantaban, a Denis Berríos pintando con su niño y un rótulo que decía algo sobre la huelga en su espalda, a Hermes Reyes y sus actos de mimo, a los cantos de Pavelito y Pavelón, a Katia Lara con su cámara, a Tatiana Lara que me cuidó a mis hij@s, a Marlon que en esa complicidad construida y añorada me llevaba un cigarrito a escondidas, a Mauricio que me enviaba mensajes para que no muriera de hambre, a Marcela, Mauro y Sergio que entendieron con este acto que eso de no vivir sólo para una misma es algo que se puede traducir en hechos colectivos, y a Oscar Mauricio, que como hoy, me extraña, porque la mami es como alguien que ya no se pertenece ni a ella misma sino a una apuesta colectiva con tantos rostros como sueños, como sueños y más sueños, los que hoy nos regalan las palabras, las canciones y esta forma privilegiada desde el gozo de ser parte de…. Parte de ustedes!!
 
Que viva el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia y que vivamos quienes nunca podremos dejar de soñar y desafiar con nuestros sueños!!
 
Karla Lara/ 14 de mayo de 2014