Tegucigalpa, Honduras. (Conexihon).-
A cuatro años de su primera transmisión radial, la Radio Zacate Grande,
se ha consolidado como un proyecto de lucha por la defensoría de las
territorialidades de diez comunidades de la Península de Zacate Grande,
al sur de Honduras.
El
conflicto por las tierras de Zacate Grande surge desde hace más de diez
años para evitar la usurpación de tierras pertenecientes a los
pobladores y herederos ancestrales de la tierra, en pugna por usurpación
de parte de grupos poderosos ligados al empresario Miguel Facussé
Barjum.
La Voz de Zacate Grande forma parte
del grupo de las Radios Comunitarias en Honduras que en los últimos años
ha sido una foco de denuncia por la presencia de guardias de seguridad,
policías y militares, especialmente en contra los miembros de
comunidades indígenas y la invasión de grupos de empresarios y
transnacionales.
Aunque la radio salió al aire el 14 de
abril del 2010, los fundadores de Radio Zacate Grande aseguraron que
“antes del golpe de Estado en 2009, no había equipo de transmisión, pero
se comenzó a trabajar en tres jóvenes que se capacitaban en la Casa de
Utopía de los copines (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e
Indígenas de Honduras (Copinh), allá en La Esperanza”.
La iniciativa nace de los fundadores
de la lucha por la tierra, la comunidad de Zacate Grande se agrupó en 10
aldeas y de cada una de ellas salieron 5 representantes, logrando
reunir a más o menos unas 45 personas. El
líder comunitario explicó que fue uno de los que acuñó esta idea, “al
igual que Héctor Torres, Benito, Toño Zerón, Víctor Manzanares, éramos
un grupo de unos seis a siete personas que planteamos la idea de la
radio”, agregó.
Amenazas, hostigamiento y represión
“Un
día antes de salir al aire comenzó la represión, del 13 al 14 de abril
de 2010 fueron días difíciles para los fundadores, operadores y personal
de la radio, porque comenzaron las amenazas, represión y hostigamiento
de parte de la policía, el ejército y la seguridad de Miguel Facussé,
afirmó Pedro Canales, presidente de la Asociación por el Desarrollo de
la Península de Zacate Grande (ADEPZA). Se estima que hasta la fecha más
de 90 personas acusadas de varios delitos y 45 han recibido amenazas de
muerte.
“Ellos empezaron a escuchar la radio,
parte de la programación que tenían los jóvenes, y sabían que esto no
iba a ser bueno para ellos que hubiera gente aquí en una radio,
informando al pueblo, orientando e incluso contando historias de la
llegada de los ricos a la zona, de cómo se fueron apoderando de las
tierras y las playas de Zacate Grande”, recuerda.
Canales explicó que “fue en el año
2009, cuando sucedió lo del golpe de Estado en Honduras, cuando la idea
se profundizó más y se iniciaron todas las gestiones para poder tener
una radio comunitaria y es así como surge La Voz de Zacate Grande”.
Aceptación
Actualmente Radio Zacate Grande
subsiste gracias a los aportes económicos de la comunidad, a través de
colectas o donaciones, que en su mayoría permiten pagar los costos,
aseguran sus fundadores, es por ello que se tiene una gran aceptación de
la emisora comunitaria, donde el 60 por ciento de la población escucha
la radio.
“La radio se escucha en el 97.1 de
Frecuencia Modulada (FM), con un horario de 5 a 9 de la noche. En el día
no transmite. Estuvo un tiempo que si transmitía, ahorita como todos
los jóvenes trabajan, entonces todo es ad-honorem”, declaró. Para Canales, la radio ha jugado un papel fundamental en el rompimiento del cerco mediático impuesto por los terratenientes.
A su criterio, “la radio es como un
brazo de la organización que lucha por la tierra en Zacate Grande. Nos
organizamos en el año 2000 para hacerle frente al problema de la
tenencia de la tierra y la privatización de las playas. “En
un principio pensamos que era necesario la creación de un medio para la
concientización del pueblo, pero no pensamos en que podía ser una
radio, pensábamos en que sí debía haber una forma o un elemento
apropiado para dar a conocer lo que hacíamos, pero fue hasta el 2006 que
surgió la idea de que era necesario una radio para concientizar al
pueblo”, aseguró.
“Yo recuerdo que hicimos la casita con
nuestros propios esfuerzos, luego los de COMPA (Convergencia de los
Movimientos de los Pueblos de las Américas), ellos nos visitaban, nos
capacitaron por 2 años y medio, todo eso antes del 2010, ellos lo han
hecho en varios pueblos de Honduras nos ayudaron con el equipo y
entonces ya en mayo de 2009 que estábamos en pleno apogeo del golpe,
empezamos nosotros a trabajar para instalar la radio”.
Trabas legales
Según Canales, la idea de crear una
radio comunitaria resultaba muy difícil, primero, porque nadie de los
miembros del grupo de la Asociación por el Desarrollo de la Península de
Zacate Grande (ADEPZA) conocía cuáles eran los requisitos y mucho menos
los costos.
“Sí, fue muy difícil lograr esto (la
radio), porque las comunidades y es el caso de Zacate Grande es
igualmente pobre, pero aparte de tanta pobreza está la opulencia de los
ricos que también viven aquí, pero para los nativos de este sector la
situación económica es bastante difícil, pero no imposible. Digo esto
porque la experiencia que hemos tenido es que cuando se quieren hacer
las cosas, se hacen y se logra, nosotros lo hemos logrado con este
proyecto”, continuó Canales.
De
acuerdo a Canales, para llegar a tener un medio de comunicación
comunitario, las dificultades se acrecentaron, primero porque había que
reunir muchos requisitos que exigía la ley y luego buscar el
financiamiento para el equipo y los transmisores, sin dejar por fuera el
personal que debía ponerla a funcionar.
“Fue bien difícil, porque una de las
cosas que yo recuerdo en el 2007, en donde se habló por primera vez de
esto, es que para instalar una radio se necesitaba llenar muchos
requisitos y dinero desde el principio y con tanta represión que nos
hacían y que nos sigue sucediendo, varios compañeros dijeron que había
que hacerlo, pero legalmente”.
Según Canales, “era más difícil
hacerlo legal que ilegal, aunque no era ilegal, porque existe el derecho
de los pueblos a comunicarse y a la libertad expresión, creo que eso no
se lo puede quitar nadie a uno”, añadió.
Sin embargo, para la comunidad los
problemas económicos eran una clara dificultad, pero si los dirigentes
tenían el valor en decidir en por lo menos hacer una casa, al final,
cuando hay un grupo que impulsa una actividad, allí va el pueblo detrás,
finalizó.