Sambo Creek, agosto de 2016.- El día de ayer se llevó a
efecto uno de los más bochornosos actos de neocolonialismo perpetrado en
América Latina en los últimos años. La administración de Juan Carlos
Varela firmó con la cuestionada Cacique Silvia Carrera un supuesto
acuerdo en relación a la hidroeléctrica de Barro Blanco.
La concesión del río Tabasará para la construcción de la Represa
Hidroeléctrica Barro Blanco se remonta al año 2006, durante la
administración de Martín Torrijos, sin que se hubiera dado una verdadera
consulta previa con las comunidades de la Comarca Ngabe-Buglé donde se
encuentra el río que sería afectado. La Concesión fue otorgada a la
empresa Generadora del Istmo SA (GENISA), propiedad de la familia Kafie,
asentada en Honduras y cómplice en el saqueo del Instituto Hondureño
del Seguro Social (IHSS).
El proyecto fue financiado por el Banco Centroamericano de Inversión
Económica (BCIE) y el holandés FMO, ademas del Banco alemán DGE. Con el
arribo de Martinelli al poder, la empresa GENISA logró que se
incrementara a capacidad de producción en un 52% pasando de 19
megavatios a 28.8%.
Para febrero del año 2011 se inicio la construcción de la represa. En
el mes de junio del mismo año los Mecanismos de Desarrollo Limpio de
Naciones Unidas aprobó la propuesta de financiamiento de carbono. En
julio de 2013, el Relator de Naciones Unidas para Pueblos Indígenas,
James Anaya, efectuó una visita in situ y concluyó en su reporte que no
se había efectuado una Consulta, Previa, Libre e Informada. En abril de
2014 la cacique Silvia Carrera sometió una queja al panel independiente
de los Bancos DEG y FMO el que determino que las entidades bancarias no
se apegaron al cumplimento de estándares, a los cuales se habían
comprometido.
Con la llegada de la administración de Juan Carlos Varela se inicio
una estrecha relación entre la cacique Carrera y el poder ejecutivo,
cimentada por el nombramiento del hijo de la cacique como embajadora de Panamá en Bolivia.
El 24 de mayo del presente año se dio inicio a la inundación de la
aldea Kiad, lugar sagrado para los indígenas Ngäbe Buglé, donde en medio
del río Tabasará se encuentran ubicados una serie petroglifos
considerados sagrados. Las protestas arreciaron y se suspendió el
llenado del embalse el 9 de junio hasta no obtener un acuerdo.
El “acuerdo” obtenido entre la administración Varela y la cacique
Carrera ha sido cuestionado por buena parte del pueblo Ngäbe Buglé, los
que el día de ayer reaccionaron enardecidos ante el engaño perpetrado.
Varela prometió durante su campaña política para presidente suspender la
construcción de Barro Blanco, pero parece ser que sufre una amnesia
producto de las ínfulas de poder.
En un programa del canal de noticias de TVN de Panamá
trasmitido el día de ayer, aparece el Vicepresidente Saint Malo de
Alvarado acompañada del español Martín Santiago, representante del PNUD
en ese país. La Sain Malo como era de esperar, efectúo una apología al
“acuerdo” y minimizó la furia con que reaccionaron los indígenas que
habían sido convocados. Mientras el español señaló que “Y pierdo un
poquito la neutralidad de Naciones Unidas”, agregando además “Este es un
referente para Panamá y para la comunidad internacional (..), porque
los intereses particulares no han podido pasar por encima del bien
público, y sobretodo que una minoría no puede imponer sus intereses ante
una gran mayoría que quiere otras realidades frente a los intereses del
país”.
Los hechos acontecidos en Panamá demuestran la existencia de una
ofensiva de parte de los estados-nación, organismos financieros y el
PNUD entre otros, los cuales violentan el concepto de autonomía de los
pueblos indígenas y el derecho a la consulta previa, tal como lo
establece en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de
los Pueblos Indígenas, en aras de un supuesto desarrollo sostenible,
concepto que se ha convertido en una excusa para el saqueo de los
territorios de los pueblos indígenas y la destrucción de las culturas.
Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH