miércoles, 24 de agosto de 2016

La farsa del “acuerdo” de Barro Blanco y la intervención colonialista del PNUD en Panamá

Sambo Creek, agosto de 2016.- El día de ayer se llevó a efecto uno de los más bochornosos actos de neocolonialismo perpetrado en América Latina en los últimos años. La administración de Juan Carlos Varela firmó con la cuestionada Cacique Silvia Carrera un supuesto acuerdo en relación a la hidroeléctrica de Barro Blanco.

La concesión del río Tabasará para la construcción de la Represa Hidroeléctrica Barro Blanco se remonta al año 2006, durante la administración de Martín Torrijos, sin que se hubiera dado una verdadera consulta previa con las comunidades  de la Comarca Ngabe-Buglé donde se encuentra el río que sería afectado. La Concesión fue otorgada a la empresa Generadora del Istmo SA (GENISA), propiedad de la familia Kafie, asentada en Honduras y cómplice en el saqueo del Instituto Hondureño del Seguro Social (IHSS).

El proyecto fue financiado por el Banco Centroamericano de Inversión Económica (BCIE) y el holandés FMO, ademas del Banco alemán DGE. Con el arribo de Martinelli al poder, la empresa GENISA logró que se incrementara a capacidad de producción en un 52% pasando de 19 megavatios a 28.8%.
Para febrero del año 2011 se inicio la construcción de la represa. En el mes de junio del mismo año los Mecanismos de Desarrollo Limpio de Naciones Unidas  aprobó la propuesta de financiamiento de carbono. En julio de 2013, el Relator de Naciones Unidas para Pueblos Indígenas, James Anaya, efectuó una visita in situ y concluyó  en su reporte que no se había efectuado una Consulta, Previa, Libre e Informada. En abril de 2014 la cacique Silvia Carrera sometió una queja al panel independiente de los Bancos DEG y FMO el que determino que las entidades bancarias no se apegaron al cumplimento de  estándares, a los cuales se habían comprometido.

Con la llegada de la administración de Juan Carlos Varela se inicio una estrecha relación entre la cacique Carrera y el poder ejecutivo, cimentada por el nombramiento del hijo de la cacique como embajadora de Panamá en Bolivia.

El 24 de mayo del presente año se dio inicio a la inundación de la aldea Kiad, lugar sagrado para los indígenas Ngäbe Buglé, donde en medio del río Tabasará se encuentran ubicados una serie petroglifos considerados sagrados. Las protestas arreciaron y se suspendió el llenado del embalse el 9 de junio hasta no obtener un acuerdo.

El “acuerdo” obtenido entre la administración Varela y la cacique Carrera ha sido cuestionado por buena parte del pueblo Ngäbe Buglé, los que el día de ayer reaccionaron enardecidos ante el engaño perpetrado. Varela prometió durante su campaña política para presidente suspender la construcción de Barro Blanco, pero parece ser que sufre una amnesia producto de las ínfulas de poder.

En un programa del canal de noticias de TVN de Panamá trasmitido el día de ayer, aparece el Vicepresidente Saint Malo de Alvarado acompañada del español Martín Santiago, representante del PNUD en ese país. La Sain Malo como era de esperar, efectúo una apología al “acuerdo” y minimizó la furia con que reaccionaron los indígenas que habían sido convocados. Mientras el español señaló que “Y pierdo un poquito la neutralidad de Naciones Unidas”, agregando además “Este es un referente para Panamá y para la comunidad internacional (..), porque los intereses particulares no han podido pasar por encima del bien público, y sobretodo que una minoría no puede imponer sus intereses ante una gran mayoría que quiere otras realidades frente a los intereses del país”.

Los hechos acontecidos en Panamá demuestran la existencia de una ofensiva de parte de los estados-nación, organismos financieros y el PNUD entre otros, los cuales violentan el concepto de autonomía de los pueblos indígenas y el derecho a la consulta previa, tal como lo establece en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, en aras de un supuesto desarrollo sostenible, concepto que se ha convertido en una excusa para el saqueo de los territorios de los pueblos indígenas y la destrucción de las culturas.

Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH