lunes, 2 de mayo de 2016

Dolores persistentes

Claudia Korol·domingo, 1 de mayo de 2016

Fui al médico por unos dolores persistentes
¿Qué le duele?
Me duele mucho Berta,
todo el tiempo
en todo el cuerpo.


Sangra la herida
color impunidad.

Duele y no cicatriza.

¿Tiene algún otro dolor?
Me duele mucho Diana.

Es un desgarro permanente.
Su asesinato muestra el rostro más áspero
de la crueldad humana.

¿Algo más?
Lohana… me duele Lohana
Siento la amputación
de un órgano necesario
para la respiración cotidiana.
Me falta su risa a cada rato,
su desafío amoroso,
la furia travesti y camarada.
Ajá, dice el médico.

¿Síntomas? ¿Algo más?
Nudo en la garganta.

Nudo en el estómago.

Nudos en la espalda.

(No sé cómo explicarle,
podríamos pasar mucho tiempo).
Son como 30000 nudos
en un solo cuerpo.

¿Logra dormir?
Sí, sin problemas.

Lo que cuesta es despertar.

Tengo una alergia persistente, tenaz,
en las mañanas
Los ojos me lloran.
Y además, la sangre…

La sangre se altera
La sangre se me congela en las venas.

¿Cómo explicar?
¿Llamar a las heridas por su nombre?
Gladys, Pedro, Manuel, Haydée, la Negra Viviana,
Mechi, Kathrin, Andrés, Javier...
Y también Che, Chávez, Betty Cariño,
Julio, Luciano, Mariano, Darío, Maxi, Silvia, Adriana, Julián...
y tantos, tantas que nos faltan.
...

Se trata de una enfermedad antigua
Una carencia de revoluciones.

Una pérdida de abrazos.

Es necesario, dice el doctor,
reforzar las dosis de esperanza
Hacer ejercicios rebeldes todas las mañanas
Dibujar sonrisas en las paredes de la casa
Tejer redes de sueños insurrectos
Y llorar por lo menos 30000 lágrimas
regando la tierra sembrada
de ausencias.

Cuando nazca la primera flor
se sentirá aliviada.

Claudia Korol