sábado, 7 de marzo de 2015

Violencia e Impunidad hacia las mujeres


Honduras es un país cada vez más violento e inseguro para las mujeres y las niñas, no sólo en las calles y en los lugares públicos sino también en los propios hogares donde son víctimas de un proceso continuado y creciente de discriminación y violencia que en muchos casos termina en muerte.

Y se entiende esta creciente inseguridad y violencia como producto de la grave impunidad. No hay castigo para los responsables de los atropellos a los derechos de las mujeres. Y la falta de castigo también se deriva de la falta de investigación. Cuando no se castiga a los verdugos, los verdugos se hacen más fuertes y se hacen productores de más verdugos.

Si antes se señalaba a un Estado débil en la investigación y aplicación de la justicia, ahora la situación se ha vuelto más difícil sobre todo después del Golpe de Estado, que fue y sigue siendo el escenario que permitió que el Estado y su institucionalidad acaba del todo capturado por los impunes, los fuertes, los que interpretan a su manera la ley, y finalmente aplican “su” ley por encima de la legislación del Estado.

Las especialistas en el tema destacan que las mujeres son víctimas de dos grandes focos de violencia: una violencia cultural producto de la sociedad patriarcal y machista que desvaloriza a la mujer por el simple hecho de ser mujer. Pero también está la violencia estatal que cierra legalmente los espacios de participación requeridos sin importar sus capacidades, muchas veces por encima de la de los hombres. Al final, el Estado las termina reprimiendo con leyes y se adueña de sus cuerpos y de sus decisiones.

En sociedades como la nuestra, los asesinatos de mujeres son el último eslabón de una cadena de continuas violaciones a los derechos humanos de las mujeres: son muertes que no deberían producirse, el ser mujer no debería ser una razón o justificación para ser asesinada.

Y si se atreven a protestar y a denunciar sus atropellos son perseguidas y criminalizadas como está ocurriendo en este tiempo con la reconocida lideresa del Movimiento de Mujeres por la Paz Visitación Padilla, Gladys Lanza.

Los Movimientos de Mujeres han dejado claro que la seguridad que exigen es una seguridad que no tiene nada que ver con armas y militares. Piden ser libres en un país marcado por la violencia, criminalización y asesinatos. Sin duda un reclamo al que todos, hombres y mujeres, nos debemos unir. O hay libertad para que las mujeres decidan desde sus derechos y su dignidad, o es muy difícil que avancemos hacia una sociedad plenamente democrática.