martes, 18 de febrero de 2014

Karla Lara, al pueblo Venezolano




Mi nombre es Karla, mi apellido es el nombre de un Estado de la gente del país al que le quiero dedicar unas palabras. ¡Lara! así me apellido. Yo soy cantora, feminista y comunicadora popular, hago radio y de vez en cuando escribo y publico en las redes.

Tuve el privilegio de ser parte de la delegación de movimientos sociales que luego de la muerte del Comandante Chávez fue a Venezuela a un encuentro de hacedoras de arte y otras hierbas, para pensar de manera colectiva, cómo el pensamiento del Comandante Chávez marca a esta América Latina que duele su muerte y abraza su legado.

Fue hermoso ver a Caracas, conocer su colorido paisaje urbano, amontonado de casas y ropa tendida como en algunas partes de Tegucigalpa, pero en dimensiones realmente agrandadas. Y fue una honra definitivamente vivir en carne propia lo importante en términos de inspiración que siguen sonando las voces de un militar que se declaró feminista, por ejemplo. De un militar irreverente que azuzaba al poder en su propias salas. ¿Cómo no amar a esa figura contracultural de un militar que contaba chistes, como cargaba a pequeñas y pequeños, y que declaraba a su revolución feminista, y lo repito porque eso fue realmente importante.

Desde lo que una hace y entiende, quiero sumarme al grito que denuncia las malévolas intenciones de esas grandes transnacionales del poder patriarcal, neocolonial e imperialista, que solo buscan desestabilizar una revolución de las grandes mayorías. Sumarme al grito que legitima el derecho a defender la revolución, que sabemos se construye con aciertos, con errores humanos, con dificultades, pero con infinito y tremendo amor.

Debería hacer canciones, cantarle a su valentía, que se parece a la de nuestro pueblo, que además agradece el tiempo en que ustedes nos hicieron sentir militantemente su solidaridad, y aunque no nos gustó la firma del Acuerdo de Cartagena, porque no nos preguntaron, decirles que cuando decimos errores, allí contamos esos, sin dejar de reconocer lo valiente y cercano que han sido otros actos de amor a nuestra gente.

De hermana a hermanas y hermanos, de defensora a defensores y defensoras, de luchadora a luchadores y luchadores, sepan que admiramos la revolución que hacen bolivarianas y bolivarianos para sostener y dignificar su revolución, que es nuestra. Que aunque todo conspire para hacernos ver como los malos de la historia, ésta, ya lo dijeron antes, en Cuba, ¡nos absolverá!

Desde el canto, la comunicación y la vida misma, desde el grito que se suma en mares de resistencia, agarradas de su alegría, de su forma elocuente y efusiva de ser y estar, para que nos contagien de esa apasionada forma de luchar, les abrazamos desde la Honduras en Resistencia y bajo dictadura militar, porque sabemos que los golpes de Estado, solo perpetuán esta aberrante forma de abuso del poder.