viernes, 21 de febrero de 2014

Defensoras de la dignidad 21/02/2014





FRANCISCA GóMEZ GRIJALVA

Del 31 de enero al 1 de febrero se realizó en México D.F. el encuentro Violencia contra las Mujeres Defensoras de Derechos Humanos en Mesoamérica: un diálogo sobre estrategias eficaces y sostenibilidad financiera. Este fue impulsado por la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos y como su nombre indica es un esfuerzo de constitución de redes para la protección integral de las defensoras de derechos humanos de los países de la región (México más Centroamérica). Una defensora de derechos humanos, es cada mujer que en sus diferentes expresiones de identidad u orientación sexual promueve y defiende uno o varios de los derechos humanos o libertades universalmente reconocidos desde el principio de la no violencia. Según resolución emitida por la Asamblea General del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en relación a la protección a defensoras de derechos humanos. Esta iniciativa fue liderada por Noruega y apoyada por Guatemala. 
El encuentro permitió acercar a los donantes con las defensoras, buscando que los primeros tengan una mejor comprensión del entorno violento y hostil en el que las mujeres defienden los derechos humanos.
Las defensoras no trabajan solo en pro de los derechos específicos de las mujeres, también reivindican los derechos de la niñez, las juventudes, personas enfermas de VIH, migrantes, comunidades/pueblos que luchan contra el extractivismo voraz… Una lista inacabable, porque múltiples y particulares son las caras de los flagelos estructurales que vulneran los derechos fundamentales desde Panamá hasta México donde el autoritarismo y la militarización se están recrudeciendo. 
En este contexto, las mujeres siguen siendo botines de guerra, muchas defensoras de derechos humanos han sido víctimas de violencia sexual por defender la dignidad de las personas. 
Ser defensora de derechos humanos en esta región donde la violencia racista, militarista/machista y misógina se ha recrudecido, implica riesgos: vivir en zozobra, bajo estrés y miedo. Con frecuencia las defensoras afrontan en soledad los impactos psicológicos de estas violencias que vulneran su dignidad. 
Reconocer, visibilizar y reivindicar el trabajo que realizan las defensoras de derechos humanos desde los distintos espacios sociales es fundamental, especialmente porque cotidianamente luchan contra la opresión e injusticias sociales en contextos adversos donde se criminaliza la defensa de la dignidad y la vida de las personas. 
Entrelazar sinergias y conectividades fue una de las ideas fuerza que me gustó del grupo impulsor de la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos. Situación que requiere la construcción colectiva de estrategias para la protección de la integridad física, emocional y espiritual de las defensoras. Ojalá los organismos donantes incluyan el financiamiento de la seguridad integral y el cuido de la defensoras para fortalecer el trabajo de la protección de los derechos humanos en el actual contexto de las agresivas políticas del sistema capitalista neoliberal. 
Por otro, el Estado de Guatemala debe garantizar la protección a las defensoras y defensores de derechos humanos.