Sambo Creek, 13 de Junio del 2016.- Mientras en los Cayos Cochinos una vez más se graba uno de los tantos realties shows
que utilizan el archipiélago como escenario, los corales en el caribe
como en el resto del planeta sufren del letal emblanquecimiento, como
consecuencia de las altas temperaturas oceánicas incrementadas por el
episodio más largo del fenómeno del Niño que se haya registrado.
El fenómeno del niño -el que ya pasó su punto pico- se inició en el
año 2014 y se espera que terminará para el 2017. El desastre incluye el 93% de los corales de la barrera de Australia se han visto afectados, de igual manera ha incidido de forma devastadora en todos los corales del planeta.Los
años 1998 y 2010 han sido consideradas como fechas aciagas, ante las
graves consecuencias surgidas de los Niños mas fuertes que han sido
registrados en el planeta
Los científicos señalan que el calor acumulado como consecuencia del
cambio climático termina un 7% en la superficie terrestre mientras el
restante 93% se acumula en los océanos, teniendo como resultado entre
otros, el enblanquecimiento y posterior muerte de los corales, los que
también se ven afectados por la acidificación de los océanos.
El archipiélago de los Cayos Cochinos forma parte del Sistema
Arrecifal Mesoamericano, y fue declarada como reserva marina en el año
1994, sin haber efectuado ninguna consulta con la comunidad. La reserva
fue entregada al Instituto Smithsoniano para su manejo, generando un
persistente intento de expulsión de la población Garífuna, ante la visón
del Smithsonian de crear una reserva donde se excluyera la presencia
humana.
Para el año de 1997 el Instituto Smithsoniano introdujo el buceo con
tanque en la zona, técnica de pesca que hasta esa fecha no era utilizada
por los Garífunas. Para inicios del nuevo milenio el Smithsonian se
retiró y posteriormente las autoridades prohibieron el buceo con tanque
ante la depredación que estaba causando. La actitud irracional de
introducirlo y posteriormente restringirlo causó una serie de
violaciones a los derechos humanos, por parte de la Fuerza Naval de
Honduras.
Posteriormente se incorporó al manejo de la reserva marina la WWF, la cual para el año 2004 emitió un plan de manejo,
el que aparentemente continúa vigente. El plan de manejo no fue
consultado de forma apropiada con las comunidades, violentando de esta
forma el Derecho a la Consulta, Previa, Libre e Informada. Las
restricciones a los pescadores se incrementaron en la medida que aumentó
el turismo en el archipiélago.
Para el año 2006 se inicia la utilización del archipiélago como
escenario para grabar programas de televisión denominados realities
shows, en los que usualmente personas provenientes de países
industrializados pretenden “sobrevivir” en condiciones extremas. A los
participantes en los shows televisivo se les permitió utilizar lugares
vedados para la población local, encargándose la Fuerza Naval del
hostigamiento a los pescadores que se atreven acercarse al cayo
utilizado para las grabaciones, el que coincidencialmente es lugar donde
los pescadores obtienen la carnada para su pesca. En el año 2008 uno de
los pescadores afectados, hizo pública una nota intitulada “El derecho a la alimentación y la mentira de la conservación”, en la cual resume su experiencia sobre los realities y la represión en el cayo.
Según artículo publicado por la antropóloga Keri Brodo, intitulado “Conservación
Neoliberal, Derechos territoriales Garífunas y el Manejo de los Recuros
en el Area Protegida de los Cayos Cochinos”, la empresa italiana
Magnolia, encargada de la primera grabación de un reality show en los
Cayos, pagó la cifra de us$ 560.000. Hasta la fecha se han grabado más
de una docena de programas en el archipiélago, sin que las comunidades
del archipiélago reciban más que migajas, destinadas a granjearse el
apoyo de los “favorecidos” de la Fundación Cayos Cochinos, mientras el
grueso de la comunidad se ve expuesto a restricciones.
Se supone que la misión primordial de la Fundación Cayos Cochinos es
la de la preservar la biodiversidad del archipiélago. No obstante cada
día sale a relucir más la vocación de empresarios turísticos que de
protectores del medio ambiente. Los miles de turistas que concurren cada
año a visitar los cayos, sobrepasan la capacidad de carga del lugar, e
incurriendo además en el aporte de emisiones de gases de invernadero que
han colocado en jaque al planeta.
El ecosistema coralino es uno de los más frágiles del planeta y ya de por sí la misteriosa desaparición del erizo negro del caribe (diadema
antillarum) -especie herbívora que mantenía el importante equilibrio
entre algas y corales- es una señal de alarma, y su colapso aunado a la pesca del pez loro (Scarus
coeruleus) pez hervíboro que actualemnte mantiene el equilibrio entre
algas y corales, más el aumento de la temperatura oceánica, colocan a
los corales como una especie en extinción.
La muerte de los corales tiene severas consecuencias para el pueblo
Garifuna, el cual históricamente ha dependido de la pesca artesanal, la
que cada día es más exigua ante la destrucción causada por la flota
pesquera industrial y sus redes de arrastre, las cuales han destruido
tanto corales como los pastos marinos. Con la reciente aprobación de una
nueva Ley de Pesca, la franja considerada como santuario de los
pescadores artesanales desapareció, convirtiendo a los pescadores
artesanales en un oficio casi en extinción.
Aunque no existe por el momento una evaluación de la situación de los
corales en el Sistema Arrecifal Mesoamericano, es de temer que el
impacto del niño 2014-2016 es más nocivo que en otros períodos del
fenómeno ENSO (Niño-Niña). Cabe señalar que en la Florida en el 2005
murió la mitad de su barrera coralina como efecto del emblanquecimiento.
Mientras los corales mueren la farsa del reality ambiental continua en los Cayos Cochinos donde se ha dado un sinnúmero de violaciones a los derechos humanos
por la Fuerza Naval bajo las instrucciones de la Fundación Cochinos,
la que se ha convertido más en una agencia de turismo y relaties shows
que en una onege encargada de velar por la biodiversidad en el
archipiélago de los Cayos Cochinos.
Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH