martes, 7 de febrero de 2017

Hoy sembré flores en el patio de enfrente

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Hoy sembré flores en el patio de enfrente
encontré plantas que me dijeron eran infalibles al inclemente sol, hoy abracé al amigo que más quiero, o por quien guardo, sin secreto alguno,
predilecciones confusas....

conversé con él y nos pusimos al día,
también vi a una de mis amigas del alma
reviví la delicia de un café con ella,
de frijolitos, aguacate, requesón y tortilla
y una larga conversación que requería de tantos elementos para actualizarse por el tiempo sin compartirnos en tan difrutada compañía...
hoy escuché música a todo volumen mientras removía la tierra, y algo escuché sobre los sentimientos mientras pensaba en los derechos
y los espacios de los que ya no soy parte porque me sacaron o quizás ya no quería estar...
una perversa mezcla de ambos..
donde nadie manifestó ni acuerdo ni desacuerdo por mi partida...
lejanía que he dolido, que he llorado,
que se repite como disco rallado en mi cabeza y mis soledades...
hoy les conté a mi amiga y a mi amigo del perturbador sueño de hace dos noches...
Berta caminando pero muerta, muy seria conmigo, sin determinarme, de la tristeza que me provocó su gesto enojado y la rigidez de su cuerpo, hoy...
como hace días no me pasaba y como parte de la manera intensa en la que discurro entre la languidez y lo frenético...
y sin querer diagnosticar mi locura,
maldecí el período electoral y sus conjuros
vi renacer en dos maseteras, que son parte de la herencia de mi mami, los geranios que en los días de languidez he dejado en agonía
y pensé que vos, mami, como Berta, en el sueño muerta...
persistentes, vuelven a crecer, a florear y se multiplican, y renacen en este territorio mío que tiene tanto de ustedes...
sencillez, armonía, buscando parecerse a lo que me gustaría ser en este dilema del discurso y la práctica de estos tiempos.
Hoy nacieron nuevas flores en mi, deben ser los reencuentros, los abrazos, las certezas de que mi corazón intenso sigue palpitando entre delirios, y que entre sueños y pesadillas, no claudico a la felicidad, no claudico, porque más allá de los derechos...
los sentimientos humanos son posibles!!!
Karla Lara, febrero 2017